Mi propio espacio para decir lo que pienso, acerca de muchas cosas ... y lo mejor, sin censura!!!

jueves, 4 de agosto de 2011

Sala de Espera (Octava Columna Oficial)

Una vez más estoy aquí, en esta sala de espera del servicio de urgencias. No, no estoy enferma; pero a la larga creo que terminaré con alguna patología digna de estudio. Entonces, se preguntará el señor lector ¿qué cresta hace ahí si no esta enferma? A lo que lógicamente me toca responder: trabajo aquí.

Realmente no es el mejor trabajo, pero debo ser agradecida, aunque mi sueldo si es reguleque, cada turno que he hecho aquí ha servido para que hoy les escriba esta columna.

No les voy a negar que cada turno es peor que el anterior, sin embargo siempre hay uno que salva, pero realmente lo interesante son las historias que he ido recopilando en esta salita olor a gripe y siempre atestada de gente. ¿comenzamos?

La mamá primeriza: esa que trae a su hijo, recién nacido, porque llora, duerme, se queja y así una larga lista de reacciones propias de un recién nacido. Pero que para esta mujer, precavida, constituye la más grave de las urgencias.

La mamá doctora: personaje que llegando el momento de mencionar los síntomas del paciente, te da un diagnóstico médico: “apendicitis”. Y te urge para que llames a la enfermera y le pasen rapidito al cabro chico so penas del infierno.

El afiebrado convulsionado: Siempre siempre es un cabro chico al que los papás dejaron que la fiebre le subiera de tal forma que llegan al estado de convulsionar. En estos casos llegan siempre con el niñito envuelto en frazadas (lo que aumenta la fiebre) y corriendo entran a la urgencia, con cara de circunstancia y sin decirte siquiera como se llama el paciente para hacerle una ficha de atención.

El marido de la embarazada: Son por lo general de clase alta y que durante todo lo que dura la atención te recuerdan que por estar embarazados tienen preferencia de atención, de pago, de ser prepotente y denostar a quien le esta prestando un servicio.

El extranjero: Con estos saque el magíster en lenguaje de señas, les preguntas en medio chileno medio tarzán, el por qué de su atención y te muestran la frente (fiebre), la guata (diarrea), mano en la boca (tos), se rasca el brazo (alergia) y así suma y sigue. Sin mencionar que también debo tener claro a cuánto está el dólar, porque no falta el pastel que no llega con peso chileno a atenderse.

H.I.: Esta sigla es de la jerga médica y viene a englobar a todos esos “pacientes” que consultan por mareos, dolor de cabeza, etc. Pero que realmente vienen por crisis de pánico y/o angustia, depresión o ingesta de medicamentos. Son los que más dan risa porque esconden sus patologías en otros síntomas.

Y he dejado para el último a mi clasificación favorita, los que me hacen tanto reir y al mismo tiempo tanto rabiar en este servicio de urgencia: el desubicado en tiempo y espacio. Este personaje, señores lectores se caracteriza por tener una enfermedad (muchas veces no es así) pero hace mucho tiempo, pero él espera hasta la madrugada para concurrir a la urgencia; encontrándonos consultas del tipo: fiebre desde la mañana (cuando el paciente es menor de 3 años me da rabia, viejas de mierda), diarrea hace 1 semana, caida con golpe en la cabeza el día anterior y, la más notable, sospecha de embarazo.

En estos casos, por lógica podrían esperar al día siguiente, total, ya aguantaron días así, pero no. Ellos llegan con total cara de enfermos, dolientes y casi moribundos a atenderse. Y salen iguales, pues no encuentran mas respuesta que una receta que siempre varia entre el ibuprofeno y el paracetamol… y qué más se puede hacer? Si el pobre cristiano ya se aguantó bastante.

Y mientras toda esta fauna espera su atención pasan frente a mi las situaciones más diversas y memorables que pueden suceder: peleas de qué niñito tiene más fiebre y por ende entrar primero, viejas llorando porque el pediatra X no le va a atender a su niñito sino el médico que viene más adelante, otras que reclaman que el servicio de urgencias deberia atender a todos rápidos pero viene a que al hijo le hagan examenes que demoran una hora o más, papás que para presionar para que le pasen rápido al niñito lo hacen vomitar o llorar en la sala de espera, viejas que te gritan porque no tienen a quien más atacar, discusiones, etc.

Pero si usted cree que eso es todo, está equivocado, porque el peor suplicio de este trabajo, es cuando “se cae el sistema”, porque lógicamente no podemos hacer el ingreso al programa que recepciona a los pacientes, por lo que hay que hacer esto a manito, con la consiguiente demora, las caras enojadas de los pacientes y la convicción de que llegando el sistema tienes que pasa toda esa pega al computador.

Es por eso, señor señorita, si usted que está leyendo, no se le ocurra trabajar en esta pega y si algún día llega al servicio a atenderse y me ve a mi trabajando, tome bien en consideración todo lo aquí leido. La advertencia está hecha.

Forever Alone: la secuela (séptima columna oficial)

Antes de comenzar a leer esta columna, queridos lectores, les advierto que ésta es una mala secuela de mi columna anterior. Así que si no la leyó, le recomiendo eche un vistazo antes de divertirse con lo que sigue.

Ya? Ahora comienzo. Después de darle vueltas y vueltas a ese afán de dejar la soltería, llegué a la siguiente conclusión: no estoy sola por que quiera, sino porque espero aun que aparezca un galán, un príncipe azul, de esos que cuando los ves en la calle, siempre siempre siempre andan con la mina regia al lado. Esos que no van a mirar jamás a esta pelirroja, metro y medio de estatura y mas bien rellenita.

Y entonces, hilando un poco más fino, recuerdo que me gustaba alguien, quien no se ajusta a ese perfil de hombre inalcanzable, es más bien terrenal, como yo. Hoy le pondremos un nombre: Fulanito de Tal. Les cuento de cuando lo conozco? Desde hace como unos 6 años, pero antes jamás me llamó la atención, además tenía polola y yo también tenía mi pololo.

Y las vueltas que da la vida, nos vinimos a encontrar años después, yo soltera y el en un dudoso estado sentimental. En su momento lo definí como “aun no olvido a mi ex que me hizo sufrir”. Obviamente y como sucede en todo orden de cosas en este siglo XXI, lo agregue a facebook y luego al msn.

Las primeras conversaciones eran ñoñas, no se po, del corte “mucha pega” o “qué estas viendo en la tele”. Eso dio paso en el corto tiempo a una confianza inmensa en él, le podía contar mis penas, mis ataos de mina, y él me aconsejaba ene. Recuerdo que una vez me dijo que no debía cambiar por nadie, sino sólo por mí.

Así, típico de mina sola, esa atención que él me prestaba me empezó a gustar y de a poco ese afecto que creía tenerle se volvió atracción. Andaba como cabra chica, esperaba que se conectara para hablar con él, y cuando estaba conectado no sabía qué decirle. Las conversaciones con webcam se demoraron súper poco, hablábamos hasta súper tarde. Era tanto que me compre una cámara nueva porque la mía daba jugo cada vez que la conectaba.

Un millón de veces le dije que saliéramos, que sería entrete vernos y que sólo así sabríamos si la atracción era real o no. Pero, porque con él siempre hay un pero, me salio con el típico “es que tu eres súper linda, pero no quiero engancharme” o algo así. Lo que me dejó claro sin palabras es que desde su última desilusión tenía mucho miedo de intentarlo.

Y acaso seré la mujer más mala del mundo? O acaso tengo fama de rompecorazones que este pobre cristiano tenia miedo hasta de fumarse un pucho en mi compañía?. Lo reconozco, tengo muchas cualidades, pero femme fatale no soy.

Igual seguíamos hablando y un día mientras me preparaba para salir estábamos conversando y le conté que mis amigas se habían echado pa atrás y que ya no sabía donde ir. En ese momento me invitó a su casa, y yo con cara de “queeee” le dije que bueno al tiro, no soy tonta tampoco. Me pasó a buscar en su camioneta y bueno, llegamos a su casa, conversamos un rato (wea mas incómoda no había vivido en harto tiempo). Cuento corto, vimos una película, luego cuando ya se hacía tarde vinieron los besos y… no, no paso nada más. Aunque debo confesar que sus besos aun los guardo frescos en mi memoria.

En este punto debo reconocer que le conté todo lo que pasó a mi mejor amiga, era que no, si el mino que me gustaba al fin después de harto rato se había escurrido. Pero no fue eso lo que mandó todo al diablo, sino que prontito se me comenzó a notar que me gustaba. A modo de ejemplo, cuando estaba cerca mío, mis neuronas quedaban en blanco, y de tan habladora y elocuente, quedaba muda, y si algo lograba decir, siempre era una estupidez máxima. El entorno en que nos desenvolvemos asumió cosas que no eran y llegaron a sus oídos comentarios de que yo hablaba de él y se molestó mucho. No sabe que jamás conté lo que les estoy confidenciando ahora, a la gente que nos conoce a los dos, sino solo a mi mejor amiga, que ni le habla ni lo conoce tanto como para molestarlo.

Luego de eso, las conversaciones no fueron las mismas, me aburría sobremanera su actitud tan tonta, su ser tan indiferente. Se lo dije muchas veces, otras tantas llegué a ser, a mi parecer, súper hiriente con él. Hasta que llegó a mis oídos, sin preguntar ni nada, que tenía polola. Realmente me sentí que todo este tiempo había sido el ser menos honesto del mundo. Deje de hablarle. Antes muerta que sencilla.

Pero el copete puede más que un enojo y termine enviándole un mensaje donde le decía el por qué de mi enojo, ahí sutilmente dejó entrever que no era cierto lo que yo decía. Tampoco lo desmintió, sino que me dijo que no tenía que creer todo lo que me dicen.

Ahora nuevamente estamos hablando, él sabe que me gusta y mucho, sabe que es muy por él que escribí mi columna anterior. Definitivamente sólo por él podría realmente dejar todos los privilegios de la soltería. No prometo nada más porque nunca sé a ciencia cierta cuando me dará un Olguita Marina.

Pero (ven que hay muchos peros con Fulanito?) creo que la forma de hacer las cosas que tengo yo no son las mismas de el chiquillo este, y difícilmente podré hacerlo cambiar de opinión. En pocas palabras, quiero dejar mi soltería sólo por él, pero no he hecho nada que me ayude. En definitiva, mientras no haga bien las cosas, seguiré estando yo en mi lugar y Fulanito por la vereda del frente.

¿Qué hacer? Piensa, Any, Piensa.

miércoles, 1 de junio de 2011

forever alone (sexta columna oficial)

Hoy lo he decidido, hay un montón de cosas que voy a cambiar en mi vida, la alimentación por ejemplo (quiero bajar unos cuantos kilitos, por salud más que por vanidad, nótese) y las horas de estudio diarias, para que el título llegue pronto. Pero lo más importante, voy a dejar de creerme el cuento que siendo soltera estoy mejor.

Dejando de lado los touch and go y los remember, desde hace ene tiempo que mi status paso de ser fuckin’ bitch a simplemente forever alone. Y haciendo memoria, la última relación seria que tuve, terminó hace unos 3 de años con el nacimiento de la Emi.

¿Qué se hace cuando la soltería se instaló con monos y petacas en tu vida, Cuando patudamente mueve las piezas de tu ajedrez a su antojo? Al comienzo le abrí la puerta, era lo mejor de la vida. No quería a nadie en mi vida haciendo desmanes con mi libertad de salir y de hacer lo que quisiera (siii, esa de la que les hablé la vez pasada).

Pero una se va sintiendo sola, veo a mis amigas, muchas casadas, emparejadas o simplemente pololeando. En mi casa el tema de mi soltería ya es tema de estado, “se te está pasando el tren” han dicho un montón de veces. La última vez alcancé a escuchar una conversación de mi abuela con una amiga donde le decía, “y como va a estar pensando en casarse si ni siquiera tiene un pololo, yo ya perdí la esperanza con esta chiquilla”.

Y con declaraciones como esas, no sé si es la soledad la que me mueve a cambiar mi situación sentimental o el deseo de agradar a quienes miran mi carnet con cara de preocupación. A la edad que tengo (no les diré eso aún) muchas mujeres disfrutan de su soltería, otras tantas ya están llenas de cabros chicos, por lo que en teoría me encuentro en la mitad, no aumento completamente los porcentajes de uno u otro grupo. ¿A quién le hago caso? ¿A mi familia, a mi corazón o a las estadísticas?

Siendo sincera no estoy enamorada, pero sí hay alguien que me mueve el piso de forma casi grave, eso sí, entre él y yo hay un mar de diferencias. Mientras yo, si él quisiera, podría darle el mundo, él se dedica a mirar al lado, hacerse el loco y aplicar la tontería con tal de evitar la seriedad en nuestras conversaciones.

No quiero creer que sea por culpa de él que estoy como tonta escribiéndoles esto, pero creo que ya es tiempo de ponerme seria y hacerle caso a mi corazón.

Ya no quiero seguir frecuentando lugares llenos de parejas y escuchar el típico “¿Espera a alguien?”, ver como por mi lado pasan tortolitos de la mano y eso de escuchar a mis amigas lo felices que son con su conquista de turno.

Quiero algo en serio, no esos pololeos quinceañeros que en nada vienen a aportar a mi vida, quiero que llamen en las mañanas sólo para decirme, “Hola ¿cómo estás?”.

En conclusión, mis queridos lectores, mi meta desde hoy es dejar de pertenecer al grupo de los solteros empedernidos. Ya no más mi discurso que estando sola lo paso mejor.

¡Currículos aquí!

Adiós

viernes, 20 de mayo de 2011

mi madre, mi libertad y mi emiliana (quinta columna oficial)

Hay aires de celebración, los supermercados, las tiendas y la tele están llenas de rosas, promociones y fotos de modelos con niños que no son sus hijos. Pero, sin embargo, caemos en esa vorágine de frases lindas y terminamos comprando más regalos que para navidad, para todas las madres que conocemos.

Y como todos mis lectores saben, soy hija y también mamá. Hoy les contaré sobre eso.

No me crié con mi vieja, por cosas de la vida se tuvo que ir con mi padre a Santiago. Él sufrió un grave accidente por lo que debió pasar largo tiempo hospitalizado y en rehabilitación, yo me quedé en Iquique con mi abuela y ella llegó cuando yo tenía 6 años. Tenía una forma de vida, conceptos e ideas súper distintas a las de ella, no me interesaba mucho lo que tuviera que decir, no le hacía mucho caso, prefería estar más con mi abuela. Con los años las cosas cambiarían.

Quizás esa distancia con ella, hicieron qu fuera súper independiente, desapegada de la familia. A los 13 años fui a vivir con unos tíos a la cuarta región, regresé a los seis meses pero no precisamente porque extrañara mi casa.

La relación con mi mamá cambió cómo a los 16, aunque suene cursi y ultra trillado, viví el EJE (sí, ese mismo que “tenís que vivirlo”), ahí la relación pasó a ser más de amigas. Yo no vivía con ella, así que la confianza era mayor. Le confié casi todos mis secretos (Una es joven, no puede contar todas sus cosillas).

Creo que a ambas siempre nos afectó esa distancia que sin querer se formaba entre nosotras, ella tenía su mundo aparte con mis hermanas chicas y yo tenía un espíritu aventurero y no podía estar en un solo lugar sin aburrirme rápidamente. Ejemplo de ello es que al salir del colegio fui a estudiar a una universidad en Antofagasta (De haber tenido más recursos, habría ido más lejos). Tenía 18 años y creía que era la dueña del mundo.

Desde ahí en adelante me hice amiga de los viajes, cada vez que podía regresaba a casa a ver a mis amigos y mi familia. En ese tiempo la relación con mi vieja se hizo más estrecha. Lloraba cuando la dejaba en el terminal de buses con esa carita de pena. Era su hija mayor, su orgullo, su penita.

No habían pasado ni 3 años desde que me había ido, según yo, para siempre de Iquique, cuando nos enteramos que mi mamá tenía cáncer de ovarios. No recuerdo bien la sensación que tuve, lo único que recuerdo es que sentí la necesidad de volver. Mis hermanas aún eran chicas y no podía dejarlas vivir todo esto solas.

Dentro de la preocupación de la enfermedad de mi mamá, seguía vanagloriándome de mi libertad de tomar mis trapos y mandarme a cambiar donde quisiera. Siempre se lo decía a mis hermanas que ya eran mamás antes que yo. Tengo los mejores recuerdos de cuando fui a Antofa a ver aDos Minutos con mi mejor amigo. Fue un fin de semana del terror.

Pero la libertad llegó a su fin abruptamente. En octubre de 2007 Andrés (el que te visita cada mes) no apareció. La posibilidad de un embarazo era la última dentro de todas las posibles causas del retraso. Con el pasar de los días, un examen de sangre confirmó mis más imposibles sospechas, tenía dos meses de embarazo y el padre de la criatura era mi ex. Brígido.

Meses después nació la Emiliana, una rubia maravillosa, con su llegada esa libertad tan mía se fue a las pailas, no podía ni ir al baño porque me necesitaba a toda hora. A las semanas del nacimiento de la Emi, mi mamá volvió a enfermarse. Quizás esperó a que naciera mi hija, quizás la enfermedad se manifestó justo en ese momento; lo único que sé, es que de un día para otro me convertí en madre e hija a tiempo completo.

Costó mucho eso de tener que cuidar a mi hija y a mi mamá, muchas veces me enojaba con la vida por lo injusta que estaba siendo conmigo. Reconozco que soy muy apegada a Dios, y en ese tiempo mis oraciones iban siempre enfocadas a que se durmiera una para pasar tiempo con la otra. A una la tendría muchos años conmigo, a la otra el cáncer le estaba quitando la vida.

Cuando le conté a mi mamá que estaba esperando a la Emi se enojó muchísimo, no entendía por qué una vez más se repetía la historia. Tiempo después, cuando la enfermedad la consumía, dijo una frase que nunca olvidaré: “Ya sé porque la Emi llegó a nuestras vidas… para que no te quedes solita cuando yo me vaya”. Lloré toda la noche abrazada a mi pequeñita.

El mismo día en que mi hija cumplía 4 meses de vida, mi vieja, luego de una agonía de 3 días, perdía la pelea contra un cáncer que la acosó durante 4 largos años. Hasta ese día mantuve la esperanza de un milagro, desde ese día mantengo la esperanza de volverla a ver algún día.

De ella no tengo ningún recuerdo material, sólo guardo en mi corazón la alegría de haber estado con ella hasta el final y la pena de no haberla aprovechado mejor, por culpa de esas ansias de libertad. También atesoro tantas vivencias de cuando ella, siendo padre y madre a la vez, se las ingeniaba para trabajar, hacer las tareas con mis hermanas y hacer deporte.

Ya sin mi mamá y con la Emi aún pequeña, mis alas fueron perdiendo fuerza. Creí que nunca más podría hacer las cosas que hacía antes, eso de escapar cada vez que podía, eso de vivir al límite. Ahora vivía, pero por alguien más. De a poco comprendí que la Emi me necesitaba y era una fuente de amor inagotable, que siempre estaría conmigo.

Crecí junto con ella, aprendimos a conocernos, a entendernos y sobre todo aprendí a amarla como una prolongación de mí. Así con el pasar de los años, hoy en que está a pocos meses de cumplir 3 años, redescubrí en ella mi libertad.

Con ella soy libre de criar a mi manera, bajo mis reglas, con mis principios y valores. Soy libre de tomarme una cerveza o dormirme temprano si quiero. Somos libres de escaparnos de esta ciudad cada vez que podemos. Soy libre de elegir seguir siendo madre soltera, porque me fue impuesto por la vida hace 4 años atrás y hoy quiero que ese estatus no cambie.

Porque fui hija libre, hija dedicada, madre a tiempo completo y hoy comparto mi libertad con una hermosa hija; puedo decirles que no hay arrepentimientos por lo realizado, que no es una tortura reconocer que soy madre soltera, porque tengo un pedacito de mí que me acompaña en todo momento, me sigue en todas mis aventuras, es mi cómplice y mi cable a tierra. Gracias a ella hoy puedo decirme “Felicidades”.

A través de esta columna quiero extender un saludo a todas las lectoras que al igual que yo, disfrutan la dicha de ser madre, a mis hermanas, tias, amigas y a esa señora que desde el cielo mira orgullosa, feliz porque sus enseñanzas al fin dan buenos frutos. Mamita, al fin aprendí lo que sin palabras me trataste de enseñar. Feliz día allá en el cielo.

de ti (cuarta columna oficial)

Hoy, buscando inspiración para escribir, apareció él, aunque en realidad ha estado presente muchas veces en mi día, al medio día por teléfono mientras hacía trámites en el centro, en el mensaje para decirle que estaba conectada, cuando dijo que escribiera sobre él y … debo reconocerlo, muchas veces mientras contaba los días para su regreso.

No, no es mi pololo, mi marido ni mi amante. Es simplemente un amigo, esos amigos con derechos que una tiene a veces, pero éste tiene una historia ¿Se las cuento?

Desde ya advierto que no es un cuento de hadas, no llegó en un carruaje tirado por caballos y yo no caí desmayada en sus brazos. Pero sin aún conocerlo, me había encantado con pequeños detalles, palabras bonitas. Igual sabía que sería súper difícil conocerlo en persona (nota para el lector: Lo conocí vía red social, para más información sobre este tipo de contactos, lea mi columna anterior), pero las cosas a veces pasan nomás y nos encontramos, fue loco porque desde que nos saludamos, no nos separamos más en toda la noche. Y ¡qué noche! En una rápida determinación terminamos juntos en un motel (de esos sin jacuzzi), no voy a entrar en detalles de cómo lo pasamos, sólo puedo resumirlo en un ¡FANTASTICO!. También lo fue despertar con él, reírnos de nuestras caras de sueño y la despedida.

Luego de eso, la agenda de ambos (más la de él hay que decirlo) se llenó de cosas que hacer, y de vernos, ni la más mínima posibilidad, hasta que un día aceptó una invitación a almorzar. El encontró súper rico el almuerzo, para mí, un fiasco gastronómico (arroz con salchichas), ahí me di cuenta que la flor, si la hubo, había muerto. No pasaron muchos días hasta el típico “no eres tú, soy yo”, y me dijo diplomáticamente que no estaba envolá de relaciones, seguro que yo sí. Pero al menos fue súper honesto, y mantuvimos la comunicación.

Y así como que no quiere la cosa, en el contexto de conversaciones mediashornies, comenzamos a llenarnos de indirectas y planificar encuentros. Pero nuevamente, el tiempo y nuestras agendas sólo permitieron una noche más. Nunca había recorrido tantos moteles en busca de una habitación disponible, estábamos contra el tiempo. Terminamos nuestra aventura en uno de esos en que también trabajan las chicocas de celular. Pero que importaba, si estábamos en lo nuestro. Ese si fue el mejor polvo. Y la conversa de después también, conversamos de lo humano y lo divino. Con el tiempo él diría que fue algo así como de pololos. No lo sé.

Con el pasar de los días las cosas se pusieron re tontas entre los dos. El llamaba tarde y a mí me cargaba porque si quería verme, que llamara antes, varias veces apagué el celular (¡¡perra!!), con el tiempo llegó el momento en que pidió que no lo llamara más. Debo reconocer también que lo llamaba tardísimo.

Yo siempre supe que él se iría, entonces no me importaba enojarme, total así de una me dejaba de gustar, pero por más que queríamos acabar con todo, comenzábamos de nuevo a hablar. Me llamó cuando quedó sin trabajo y yo en el mío con ganas de ir a consolarlo, decirle que estaba ahí para apoyarlo. Pero era muy caída del catre, si tampoco quería mostrar la hilacha y me las di de amiga preocupada, nada más.

Y llegó el momento en que se iba de la ciudad, según el for-ever, le pedí que no perdiéramos el contacto, que “era un buen amigo”, y ahí le solté que lo quería igual su resto. Mal. “Todo lo que diga puede ser usado en mi contra”.

Así quizás con esa confesión, quizás con la distancia (aunque creo que fueron unos cuantos tragos demás) vinieron las llamadas, las palabras bonitas por MSN y uno que otro “te quiero”, que a media voz dice cuando le corto el celular. Y aquí mi más grande divagación: lo echo de menos, quiero que regrese y retomemos la aventura que nos propusimos en ese motel de mala muerte, donde lo pasamos tan bien.

No sé si quiero algo serio, no sé si quiero una aventura, sólo sé que quiero tenerlo a mi lado, con arrumacos, palabras lindas (Portman, no eres mi ejemplo a seguir, a pesar que fuiste notable con Ashton) y uno que otro paseito romántico por la playa. ¿Será mucho pedir?

Te lo dije Mr. S. esta columna no era para ti, es DE TI.

(Cualquier parecido con la realidad es mera coincidencia)

el amor en los tiempos de facebook (tercera columna oficial)

Cómo han cambiado los tiempos. Recuerdo de pequeña haber hurgueteado en las cosas de mi madre para leer las cartas de amor que se escribía con mi papá. Y obvio también se me vienen a la mente las tantas cartas que escribí y otras pocas que recibí. Sin dejar de lado, por supuesto, las clásicas hojas de cuaderno en donde nos intercambiábamos teléfonos y direcciones.

Hoy, esto del amor adolece de cierto grado de flojera. Tenemos al susodicho al otro lado de la pantalla, a sólo un clic de distancia. Ya no tenemos que esperar todo ese tiempo en descubrir cómo hacerle llegar nuestras misivas, y la incertidumbre de si las leía o no, para luego esperar otro tiempo enorme en que la respuesta llegara.

¿Recuerdan cómo era conocer al niño que te gustaba? Siempre tratando de hacerte amiga del amigo, de la hermana, o de alguien cercano a quien decirle la típica frase “preséntamelo” o para peor “hazme gancho con él”.

Conocer alguien, en pleno siglo XXI, es mucho más sencillo. Para esto tienes dos posibilidades:

1.- Si logras hablar con él y cruzar un par de palabras, puedes llegar a pedirle su celular y su “Messenger”, esa herramienta, muchas veces sacadora de apuros, pero también útil para conversar con quien te quita el sueño.

2.- Si eres más bien tímido, basta con escribir su nombre en nuestra red social favorita, Facebook, para saber primero si tienen amigos en común (dato clave que sirve como excusa del por qué lo agregaste de “amigo”), para iniciar una inocente amistad y luego, quién sabe, algo más.

Si ya lo tienes en facebook, no creas que será ardua la tarea de saber si está con alguien o no. La primera información que podemos obtener es si está soltero o se encuentra en una relación. Aquí quiero detenerme en una pequeña reflexión ¿Cuál es la diferencia entre una relación “abierta” y una “complicada”? Facebook fomenta el dichoso ponceo y las relaciones tortuosas!!

Pero si aún en estos tiempos les es difícil conocer gente, les invito a probar los nunca mal ponderados sitios de citas. En los que te creas un perfil, siempre exagerando tus atributos personales, subiendo un par de fotos, siempre las que más te favorecen y con acceso al perfil de muchos solteros que, al igual que tú, han alterado un poquito la realidad de sus cualidades. No te sorprendas si al final del día te encuentras con comentarios como “cosita”, “hermosa”, “preciosura” o “eres única”, en tus fotos. Recuerda que al igual que tú, son personas con una percepción un poco distinta de la realidad y con ganas enormes de llenar su soledad real, creyendo que pueden llegar a tener una relación de verdad.

Se preguntarán cuál es mi herramienta favorita para conocer gente, y si bien me reconozco fanática de las redes sociales, con un Facebook totalmente activo y una cuenta de Twitter a la que estoy conectada todo el día, a mi amor platónico lo conocí, como dice una amiga, primero en 3D, en vivo y en directo, pero también lo tengo en msn y facebook.

Al final de todo, independiente de la forma que tengan de conocer a gente del sexo opuesto, el paso que hemos dado desde esas cartas con corazones de colores que guardaba mi mamá, hasta hoy, en que todo lo sabemos en cuanto nos conectamos al Internet, es irreversible. El amor también se actualiza. Me gusta!!


sábado, 26 de marzo de 2011

hoy

hoy me desperte pensando en ti, no fue un dia normal ni parecido a ayer, porque estabas tu en mi cabeza. hace tiempo ke no pensaba en lo que tuvimos, en lo que fuimos, tantas cosas lindas que vivimos. pero hoy fue un dia distinto, recorde tus palabras de amor, tu sonrisa, la forma diferente en que me mirabas... las promesas que nos hicimos de estar juntos para siempre.
prometi hace mucho olvidarte, me obligue a sanar las heridas y seguir adelante sin ti. y creeme ke lo he logrado, ya las lagrimas no llegan a mi con facilidad, pero hoy no pude sacarte de mi cabeza, estabas pegado a mi como con un iman.
en que momento deje que volvieras a entrar en mi vida, en que momento deje que tus palabras me convencieran, aun no entiendo por que dejé que las cosas nuevamente llegaran tan lejos, al menos para mi.
pero hoy no lloro por amor, tengo rabia, porque no te das cuenta que acercandote a mi me haces daño, que me haces recordar que las heridas no estan del todo cerradas y tus besos son como sal que penetra hondo en mi y me duele tanto.
mucho tiempo trate de hacer las cosas bien, trate que me volvieras a mirar como antes, pero esas miradas ahora estan reservadas para otra persona. y aun asi te esmeras en seguir haciendome creer que a escondidas, a oscuras sientes algo por mi. no te imaginas como me siento, no creo que llegues nunca en tu vida a sentir una milesima de la pena y rabia que siento hoy.
se que tambien te hice mucho daño, que no fui la mejor, pero sabes que me faltara vida para arrepentirme de no haber cumplido mi palabra. pero eso no te da derecho a disfrutar viendome mal.
hoy decidi que ya no caere mas en tus juegos, que hasta aqui llego todo eso que teniamos. alguna vez me elegiste de entre muchas, ahora no quiero ser tu ultima opcion. hoy, me desprendo de ti.

lunes, 21 de marzo de 2011

100 facts about me

1. naci el 5 de agosto de 1983.

2. cuando nací mi papá estaba carreteando.

3. tengo 4 hermanos, 3 mujeres y 1 niño.

4. mi mamá se fue al cielo el 15 de noviembre de 2008

5. tengo una hija de 2 años 8 meses.

6. he probado muchas drogas en mi vida.

7. me gusta mucho la cerveza.

8. si tomo tequila o vodka, me curo al toque.

9. amo escuchar rock y el reggeton solo lo bailo en la disco.

10. no tengo amigas, solo amigos.

11. sin embargo tengo 2 amigas del alma: Cathy y Vale.

12. estudie derecho en la Unap.

13. mi comida favorita es el sushi.

14. soy muy regalona.

15. mi primer pololo se llamaba Angel.

16. estudie la basica en un cole de monjas y la media en un liceo fiscal.

17. mi color de pelo original es como medio naranjo y lo odio.

18. en el colegio me hacian bulling, pero nunca le di importancia.

19. nunca he tenido problemas en decir lo que pienso y lo que siento.

20. a veces tengo problemas de autoestima.

21. me reconozco adicta a las pizzas y el cigarro.

22. soy la mujer más llorona del planeta.

23. odio la gente prepotente y rota.

24. creo en Dios por sobre todas las cosas.

25. confieso que lloré muchos años por amor.

26. calzo del 38 en zapatos.

27. no siempre quise estudiar derecho.

28. cuando chica soñaba con tener un hermano mayor.

29. aunque lo re contra niegue espero casarme algun dia.

30. si algun dia fuera millonaria me operaria la nariz y la piernas.

31. mi talla de bra es 34B.

32. le tengo panico a la muerte.

33. no puedo empezar el dia sin leer los diarios.

34. me carga la gente que se mete en mala en tu vida.

35. cuando sea viejita quiero ser una abuela la raja.

36. tengo miedo de volver a quedar embarazada.

37. me gustan los zapatos taco alto.

38. pero la mayoria de las veces salgo a carretear con zapatillas.

39. no pertenezco a ningun partido, pero soy de izquierda.

40. soy demasiado feminista.

41. muero por tener una mascota en casa.

42. siempre lucho por lo que creo justo.

43. nunca me quedo callada cuando se que tengo la razon.

44. me gusta el sexo.

45. tengo hambre de fideos verdes con nueces y crema.

46. no tengo pololo.

47. me gusta un mino que no me da ni bola.

48. me encanta el color rosado.

49. cuando estoy en pareja soy extremadamente tranquila.

50. llevo 3 años egresada y de puro floja aun no saco mi titulo.

51. pienso en mi mama todos los dias.

52. aunque me digan pendeja, no dejaré nunca de ser una exista de corazón.

53. mi hija tiene 4 nombres, por opción de su papá.

54. me cargan los minos que escriben con falta de ortografia.

55. cuando chica no comia pollo.

56. si me dieran a elegir entre papas fritas y ensalada cesar, prefiero ensalada cesar.

57. me carga la alcaldesa de iquique.

58. cuando chica corria detrás de los pascueros en navidad.

59. aun espero que me escondan huevitos en pascua de resurrección.

60. me cargan las películas porno.

61. nunca he entendido la frase “agachate que vienen los indios”

62. me cuesta mucho levantarme en las mañanas.

63. si mi hija no existiera, yo tampoco.

64. mi papá no existe para mi.

65. cuando chica me gustaba jugar a las muñecas.

66. en mi casa me dicen “queso”

67. tengo 4 amigos en el cielo.

68. me carga cuando hablan mal de los gays.

69. me considero una mina nerd.

70. quiero llegar a pesar 55 kilos.

71. me cargan los hombres con pelo en el pecho.

72. echo de menos vivir en Antofa.

73. me carga el termino “ponerse en cuatro”

74. me mareo andando en micro.

75. a veces me duele la cabeza y me da miedo.

76. cuando era chica acompañaba a mi abuela a las concentraciones de Soria.

77. mientras escribo esto chateo con el mino que me gusta.

78. odio que la gente no tenga siempre consigo su cedula de identidad.

79. les comente que tenia hambre?.

80. a veces suelo ser un poco orgullosa.

81. otras tantas medio masoquista.

82. me cuesta mucho dormirme en la noche.

83. nunca he besado a una mujer.

84. me apesta la transpiración.

85. me cargan mis pies.

86. que asco ver fear factor chile.

87. mi libro favorito es “la insoportable levedad del ser”.

88. me falta un diente y uso prótesis permanente.

89. nunca he jalado cocaina ni fumado pasta base.

90. si dios me concediera un milagro, me gustaria volver a ver a mi mami solo 5 minutos.

91. soy incapaz de vomitar sin meterme los dedos a la boca.

92. siempre termino llorando con las películas de amor.

93. si volviera a nacer no cambiaria nada de mi vida.

94. gran parte de lo que soy son mis pecas.

95. me parto el craneo tratando de decir muchas cosas en solo 140 caracteres.

96. me gustaria ser famosa por lo que digo no por cuanto muestro.

97. le tengo un miedo horrible a quedarme sola.

98. si te tuviera en frente te besaria apasionadamente.

99. amo a mi hija incondicionalmente.

100. tengo la certeza que nadie leera esta idiotez.

domingo, 20 de marzo de 2011

Crónica de un tatuaje mágico (2da columna oficial)

Lo que les voy a contar hoy tiene mucha historia. Desde chica fui siempre miedosa de las inyecciones y las vacunas. Aun me acuerdo cuando estaba en la enseñanza media y nos tocó una campaña de vacunación de vaya a recordar contra qué bicharraco. El asunto es que luego de haberme hecho la loca hasta el final de la fila, lloré como niñita mientras me pinchaban el brazo, debiendo soportar la correspondiente burla de mis compañeros que no entendían cómo le temía a una inyección y no a llenarme las orejas de aros.

En mi época de universitaria, comenzaron a ponerse de moda los piercings. Obviamente no pasó mucho tiempo antes que decidiera hacerme unos cuantos. Aun tengo las marcas de las perforaciones en el ombligo, la cara, la lengua y los labios. El dolor que me provocaba cada uno hacía más interesante el siguiente. Ahora, se preguntarán ¿no le temía a las agujas? Nunca entendí por qué no me asustaban los piercings pero si las inyecciones.

El asunto de las perforaciones fue cediendo conforme iba madurando, y lentamente fue dando paso a la idea de tatuarme. Mis hermanas ya habían decidido tatuarse con súper buenos resultados, pero el dolor era lo que me hacía dudar.

Hasta que me decidí, esto fue hace un mes atrás, esperé pacientemente que mi amigo tatuador (Sebastián Encina) llegara de su viaje a Bolivia, para hacerme mi primer tatuaje.

Tenía claro que el primero sería dedicado a mi hijita Emiliana, mi magia, por lo que en un juego de palabras elegí la frase “Eres Magia Infinita” (si juntan las iniciales, se forma su nombre Emi). Luego vino la búsqueda de la tipografía, no podía ser algo muy enredado, me dijo el Seba, para que no se perdiera la forma y se entendiera lo que decía.

Llegué atrasada a su casa, para variar, traía el diseño impreso y definitivamente fue descartado por la cantidad de trazos y porque no queríamos que quedara feo. Ahí vino la caminata eterna buscando donde imprimir, luego de vuelta a la casa a buscar una nueva tipografía. Durante el camino hablábamos de las mierdas (shit) del mundo y curiosamente la letra que elegimos se llamaba “Shit Happens”, nos reímos mucho con eso. Ahí caminata de nuevo y la hora pasaba, así que fui por mi hija al jardín para luego volver donde el Seba a lo que sería mi primer tatuaje.

Hasta ese momento, debo reconocer que tenía la panza apretada, el miedo a que doliera demasiado era recurrente y no quería dar jugo como la gente tonta.

Y sin darme cuenta estaba sentada a hombro descubierto, el Seba me marcó el diseño y cuando estaba preparándome para lo que yo creía sería el dolor más heavy del mundo, no sentí absolutamente nada. Se me relajaron los músculos, tensos hasta ese momento, y me dedique a disfrutar ese molesto cosquilleo, casi parecido a una quemadura que duró a lo menos una hora.

Ahí estábamos, Sebastián, su polola Cony (aprendiz de tatuadota), mi hija y yo, riéndonos y viendo monitos, mientras en mi hombro se grababa para siempre la frase que más representa la presencia de mi hija en mi vida.

Dicen por ahí que luego de hacerte tu primer tatuaje, no paras más. Personalmente ya estoy pensando en cuál será el segundo y en qué lugar lo haré. Aunque por mientras sólo quiero pensar en lo lindo que se verá mi hombro izquierdo cuando cicatrice el de ahora.

Finalmente, quiero contarles que he puesto fin a ese miedo que todos contribuyen a formar en una en cuanto al dolor de tatuarse. Que tal como me dijo mi amigo, ya viví el dolor más grande del mundo al traer magia a mi vida, la misma que inmortalice hoy en mi hombro, la misma que hoy me acompañó mirando con extrañeza lo que sucedía. Ya no hay para mí dolor insoportable. Que pase el siguiente.

Yo, mujer (mi primera columna oficial)

Es un hecho, desde Eva hasta nuestros días, las mujeres hemos sido en este planeta, objeto de admiración, deseo, cuestionamientos, delitos y por que no decirlo, objeto de peleas y guerras.

Muy sabiamente canta Ricardo, “no se quién las inventó”, y si me preguntan eso a mí (y me lo han preguntado cada vez que mis hormonas me juegan en contra) debo reconocer que no tengo idea, sólo sé que estamos vivas porque sin nosotras el planeta no sería el mismo.

Imposible resulta no mirar hacia atrás y ver con asombro lo que las mujeres hemos logrado en estos miles de millones de años. Sabían que ya desde la antigua Grecia una mujer inicio una huelga sexual para pedir el fin de la guerra? Y que decir de las miles de chilenas que lucharon incansablemente hasta lograr el ansiado sufragio universal. Obviamente y con el afán de no ser latera, me salte años de historia, sólo para darme el gusto de llegar a los últimos años en que con gusto he visto asumir la presidencia de la república a mujeres inteligentes como nuestra Gordi, Michelle Bachelet.

Luego de la cuota histórica, centrémonos en la mujer, tan simplemente en ella. Quiero que desde ya convengamos que no existe mujer fea (ni menos piscolas suaves como se empeñan en decir los hombres), sino mujeres con más o menos talento de hacer notar sus atributos. Pero la belleza femenina no va sólo en un buen cuerpo, unas lolas impresionantes o un trasero de antología, también va en la inteligencia, la simpatía y el talento de demostrar que somos quienes hacemos mas bello y mejor este mundo.

Increíblemente, recuerdo con cariño cuando era adolescente y pasaba mi etapa de patito feo, para mi edad era larga y flacuchenta. “cuello de jirafa”, “oliva oil”, “esqueleto”, fueron sobrenombres que me atormentaban, hasta que un día mi papá dijo sabiamente “lo que tiene de fea como dicen uds., lo tiene de inteligente y simpatica”. Nunca más deje que alguien me hiciera sentir fea.

A lo largo de mis años de juventud ¿cuánto valor creemos tener? Por mi carrera me tocó ver con estupor muchas mujeres víctimas de violencia intrafamiliar. Mujeres que luego de relatar los combos y patadas que gratuitamente les propinaban sus maridos; encontraban justificación a cada uno de ellos, en que la comida no estaba a tiempo, en que no todos los dias quería tener sexo, en que los hijos se sacaban malas notas, incluso simplemente porque ellas les habían hablado fuerte. Con tristeza vi audiencias en tribunales, en que ellas lloraban que dejaran libres a sus agresores pues “eran el único sustento de la casa”. Ahí comprendí el significado del “amor a sí misma”.

Naturalmente, la idea de esta columna es que estando en marzo, mes en que se celebra el Día Internacional de la Mujer, quería hablar sobre ella. Ella capaz de dar vida, alimentar, trabajar, estudiar, todo a la vez. Ella que puede ser madre y padre para sus hijos. Ella que lucha incansablemente por lograr la igualdad de sexos en los sueldos y puestos de trabajo. Ella que elige seguir sus sueños y vive su vida al máximo. Ella que es hija, madre, hermana, abuela.

A todas ellas quiero decirles que hace muchos años atrás 146 mujeres murieron luchando por sus derechos, que hace 27 años una gran mujer parió con dolor para que hoy usted esté leyendo esta columna y que hace 2 años partió al cielo con la esperanza que quien le escribe sea algún día también una mujer excepcional. Yo mujer, les deseo un muy feliz día a todas las mujeres que leen esta columna, a mis hermanas y a mi pequeña hija (que a sus dos años ya es toda una mujercita). Ámense como son y por lo que son, por el simple hecho de ser mujer. Y a ellos, que también la leen, deténganse unos minutos y saluden con cariño a la mujer que tienen al lado. Nunca olviden que también una mujer les dio la vida.

Gracias.